2008/06/25

La Universidad Crítica


La Universidad Crítica nace en Berlín en el otoño de 1967, después de la radicalización subsiguiente a los sucesos del 2 de junio. Las bases por una propuesta de autogobierno fuertemente politizado en la universidad, en conflicto con toda propuesta de cogestión o de espera de una reforma desde arriba se establece ya el 9 de junio de ese año en Hannover durante el congreso de estudiantes “Universidad y democracia”. Fue en esta ocasión cuando el filósofo Jürgen Habermas acusó a los líderes del SDS con posiciones más radicales de “fascismo de izquierda”, una acusación acogida con entusiasmo por la derecha y de la que se retractaría posteriormente. De todas formas los estudiantes ya habían chocado con los sectores más reformistas del cuerpo académico, naciendo así la idea de realizar por sí mismos la transformación radical de la universidad. De hecho, los objetivos que se prefijaba la Universidad crítica eran: una crítica permanente de la actividad académica y de sus reglas y la reforma práctica de los planes de estudio; la difusión e intensificación de la actividad política a través de la creación de colectivos y grupos de discusión; la preparación de los estudiantes para la crítica de las profesiones y para su politización en un sentido revolucionario.
Durante el otoño de 1967 y principios de 1968, más de treinta grupos de trabajo se encuentran activos en la Universidad Crítica, analizando temas de política general (Vietnam, la manipulación de la opinión pública, la situación económica de Berlín…) o de política universitaria: se exige una universidad abierta a todos
(en 1967 poco más del 5% de la población universitaria pertenecía a una familia obrera) y comienza una larga lucha contra los números clausus, se denuncia el sistema de exámenes y se exige la ampliación del tiempo de instrucción. El ejemplo berlinés, animado por la SDS y en particular por sus principales líderes, Rudi Dutschke, Bernd Rabehl, Uwe Bergman y Wolfgang Lefèvre, se difundiría posteriormente en otros centros de la República Federal.

2008/06/23

El asesinato de Benno Ohnesorg


El 1º de junio de 1967, el intelectual persa Bahman Nirumand pronuncia en la Universidad Libre de Berlín una conferencia concurridísima sobre las condiciones sociales en Irán y la influencia de las multinacionales del petróleo.
El 2 de junio, el Sha de Persia Reza Pahlevi y su consorte Farah Diba visitan Berlín. Centenares de estudiantes reciben con silbidos al monarca de Teherán, siendo agredidos por grupos de jóvenes iranies favorables al Sha. Duarante la tarde, las filas de los manifestantes se refuerzan y la policía interviene con cargas violentas. Durante los enfrentamientos, un joven estudiante, Benno Ohnesorg, cae fulminado por un disparo de pistola.
La policia y la prensa de Axel Springer, comprometida en una obsesiva campaña de difamación contra el movimiento estudiantil, acusan inmediatamente a los estudiantes de haber disparado. El movimiento responde exhibiendo una impresionante documentación fotográfica sobre los enfrentamientos y los efectivos utilizados por la policia. Se constituye una comisión de investigación que despues de haber examinado centenares de testimonios atribuye la autoría del asesinato al funcionario de policia Karl Heinz Kurras. Los tribunales, sin embargo, no considerarán suficientes las pruebas presentadas y Kurras será readmitido en el cuerpo de la policia.
La muerte de Ohnesorg, que los dirigentes de la SDS valoraron como el “primer delito político de la posguerra”, tuvo una inmensa repercusión y alimentó el desarrollo tumultuoso del movimiento de protesta en toda Alemania. El 9 de junio, despues de los funerales de Ohnesorg en Hannover tuvo lugar un gran congreso de estudiantes con el lema “universidad y democracia” en el que se radicalizaron las posiciones del movimiento y su actitud de enfrentamiento contra las instituciones y las reglas establecidas.

El "movimiento 2 de junio"


El movimiento 2 de junio, que hace referencia a los enfrentamientos del 2 de junio de 1967 en los que el estudiantes Benno Ohnesorg fue asesinado, nace en Berlín en el verano de 1971 procedente de la componente anarcolibertaria de la oposición extraparlamentaria, que trata de conjugar militancia política revolucionaria y radicalidad existencial, marxismo y cultura underground y pop. Es una corriente cuyos orígenes se encuentran en la Kommune I de Kunzelmann, Langhans y Teufel y que se enfrentaría en varias experiencias colectivas como la Comuna Wieland, los “rebeldes del hachis” o los tupamaros berlineses. A la organización militante disciplanada, eficiente y centralizada propuesta por la RAF, los miembros del “movimiento 2 de junio” contraponen una “guerrilla” rudimentaria y al alcance de todos, rechazando sacrificar la mentalidad anarquista y transgresora por exigencias organizativas y logísticas. Sus áreas de influencia son sobre todo el subproletariado juvenil, los drogadictos y posteriormente los inmigrantes. El sujeto revolucionario se identifica con el Tercer Mundo y como ejemplo de acción política el grupo elige el modelo de las Panteras Blancas de Detroit, que as u vez se inspiraron en el Black Panther Party.
La actividad del grupo se basa fundamentalmente en robos con fines de autofinanciación y en la colocación de bombas rudimentarias. La acción más espectacular sería el rapto, en marzo de 1974, del líder democristiano Peter Lorenz. La organización logró intercambiarlo por cuatro detenidos del “movimiento 2 de junio “ y de la RAF.
Bommi Baumann, uno de los fundadores del grupo, del que salió en 1972 describió en su libro Como comenzó todo (1975) el nacimiento y las primeras experiencias del grupo. En Alemania federal el libro fue prohibido y la edición secuestrada.

2008/06/13

La muerte de Benno Ohnesorg comentada por Ulrike Meinhof


Cuando el Sha de Persia visitó la RFA aún sabíamos poco sobre Irán, poco sobre nuestro propio país. Pero cuando los estudiantes salieron a la calle para dar a conocer la verdad sobre Irán, cuando salieron a la calle porque no disponían de otro espacio público más que la calle, entonces también salió a la luz la verdad sobre el Estado en el que nosotros mismos vivimos. Entonces se descubrió que no se puede recibir a un jefe de un Estado policial sin estar simpatizando uno mismo con el Estado policial. (...)

Todos saben que fue Kurras quien disparó a Ohnesorg, y que Kurras fue absuelto. Es, pues, un idiota, un hombre que no sabe lo que hace. La policía da empleo a idiotas.

2008/06/03

La lucha social siempre ha de estar en primera línea

'Bewegung 2. Juni’ Llamado así por la fecha en la que el estudiante Benno Ohnesorg murió tras las cargas de la policía contra una manifestación, el Movimiento 2 de Junio, surgió en la escena anti autoritaria de Berlín Oeste en 1971. Su concepto de guerrilla urbana se inspiraba en algunos de los grupos de América Latina, como los Tupamaros uruguayos, y combinaba acciones clandestinas con una vida normal y aparentemente legal, rechazando la profesionalización de la lucha armada y el tutelaje a las luchas sociales.

ALEMANIA : RONALD FRITSCH, EX MIEMBRO DEL MOVIMIENTO 2 DE JUNIO

Jacobo Rivero / Wolfram Metzger. Redacción Diagonal/ Berlín

El Movimiento 2 de Junio fue un grupo atípico, fuertemente vinculado a la escena ‘contracultural’ berlinesa, que no pretendía erigirse como vanguardia de las distintas tendencias políticas de izquierda radical, “sino ser como una más, pero con una práctica armada”. El grupo logró gran atención con acciones espectaculares como el reparto de bombones durante sus atracos.

La acción más importante del grupo, y punto de inflexión, fue el secuestro del líder del partido conservador CDU, Peter Lorenz en 1975. Con este secuestro que removió los cimientos de la sociedad alemana, el Movimiento 2 de Junio consiguió la liberación de cinco miembros de la RAF a cambio de la del político. Poco después los líderes del grupo fueron arrestados. Durante los posteriores registros tuvo lugar un tiroteo con la policía en Colonia en mayo de 1975.

Werner Sauber, miembro del grupo, y un policía resultaron muertos. A partir de entonces sólo se supo del Movimiento 2 de Junio a través de las declaraciones en los juicios y de los textos escritos en la cárcel. En junio de 1980, el grupo se disolvió y una parte de sus miembros se integró en la RAF. Ese mismo mes, tres miembros del Movimiento encarcelados en la berlinesa prisión de Moabit, Ralf Reinders, Klaus Viehmann, y el propio, Ronald Fritsch, hicieron público un texto expresando su desacuerdo con esta decisión.

DIAGONAL : ¿Cuál fue el contexto político y social del que nació el Movimiento 2 de Junio?
RONALD FRITSCH : A finales de los ‘60 y comienzos de los ‘70 el movimiento anticapitalista tenía muchas facetas. Por un lado, había cambios culturales que se daban justamente en la juventud. Fue una explosión, también en las formas de vida. Hubo muchos intentos de autogestión : centros juveniles, grupos en las empresas, grupos barriales, jardines de infancia... Esta escena se radicalizó políticamente, chocó con los límites que marca el Estado y fue duramente reprimida.
Surgió entonces la necesidad de defenderse de la represión. Se produjo toda una serie de reflexiones y debates sobre cómo el movimiento anticapitalista debía responder. Se crearon infinidad de grupos que también libraron una resistencia militante y que enfrentaban estas limitaciones de una manera cada vez más ofensiva. En 1972, varios de estos grupos se agruparon para organizarse mejor.
D. : Dices que la escena anticapitalista se radicalizó. ¿Hubo algunos momentos concretos o hechos que lo provocaron?
R.F. : La radicalización fue primero en la línea política, en el rechazo del capitalismo y del imperialismo. Vietnam fue un tema importante. También fue relevante la denuncia de la pervivencia en el poder de antiguos dirigentes nazis que son los que construyeron las estructuras de la República Federal. Otro momento importante fue el atentado contra Rudi Dutschke (líder del movimiento estudiantil, que recibió un disparo por un obrero derechista), pero yo no basaría el proceso de radicalización en acontecimientos puntuales.
Lo describiría más bien como un proceso cotidiano, que se va enfrentando a unas limitaciones que impiden su desarrollo. Éste fue el caso de la gente que se unió a los grupos autogestionados dentro de las empresas. Eran estudiantes o trabajadores y les era difícil intervenir y transformar el contexto. Rápidamente volvías a estar fuera.
D. : ¿Qué diferencias existían con respecto a otros grupos de la extrema izquierda en Alemania ? ¿Cuáles fueron las discusiones y las posiciones dentro del Movimiento 2 de Junio?
R.F. : Esto es muy complejo. Hay que saber que la ‘nueva izquierda’ que se creó en la RFA después del fascismo, no tenía una historia. No había izquierda que pudiera transmitir algo. Los viejos comunistas o izquierdistas fueron asesinados bajo el III Reich o emigraron. Después de la guerra, muchos comunistas se marcharon a la República Democrática y otros se alejaron de la militancia. Apenas había gente que pudiera transmitir posiciones de izquierda.
Todo tuvo que ser aprendido de nuevo. Desde los clásicos anarquistas hasta Lenin, se leía todo. Principalmente lo primero que se hacía era cuestionar todo lo que definía la sociedad burguesa. Se puede decir que a principios de los ‘70 existía toda la franja de posiciones que podían desarrollar los izquierdistas. Sin embargo, las diferencias teóricas entre los grupos eran relativamente insignificantes cuando se desalojaban centros juveniles o se abordaba la oposición a la guerra de Vietnam. Entonces -principios de los ‘70- las diferencias tenían una importancia menor. Se peleaban unos cuantos teóricos, pero en la base no tenía importancia quién estaba en qué organización.
Más tarde, esto se volvió más significante cuando los puntos de divergencia se agrandaban sobre todo en lo que a cuestiones prácticas se refiere y cuando las discusiones ideológicas y el dogmatismo destrozaron la base común. A diferencia de la RAF, el Movimiento 2 de Junio se entendía como brazo armado del movimiento, quería hacer agitación como parte del mismo. La RAF se consideraba una fuerza motriz que pretendía el liderazgo en la lucha revolucionaria. De ello nacieron diversas formas políticas y prácticas que ya no eran compatibles unas con otras, aunque hubo algunos encuentros. Al principio algunos militantes del 2 de Junio estuvieron en la RAF, pero luego se marcharon. El estilo autoritario de liderazgo y el distanciamiento de los movimientos de base se contradecía con nuestros principios. El Movimiento 2 de Junio se creó en relación a los movimientos de base para desarrollar una política armada.
D. : Vuestras propuestas respecto a la cárcel también se diferenciaban...
R.F. : A partir de 1977 los presos de la RAF pedían ser tratados como prisioneros de guerra de acuerdo con la convención de Ginebra. Como exigencia principal plantearon el reagrupamiento de todos los presos políticos. Nosotros por el contrario veíamos la cárcel como otro espacio de vida en el que nos encontramos involuntariamente. No distinguíamos entre presos ‘sociales’ y ‘políticos’.
Decíamos que la lucha seguía en el interior de las prisiones, unidos a los otros presos. Queríamos desarrollar algo junto a ellos. Tal como lo veníamos haciendo fuera, en el barrio, en la empresa, en los centros juveniles.
D. : ¿La estrategia de atracar bancos fue habitual?
R.F. : No sé cuantos fueron, tendría que mirar en el pliego de acusación, creo que fueron diez atracos. Con ese dinero básicamente hemos financiado actividades y estructuras ilegales. Pero también se apoyaron varios proyectos legales.
D. : ¿Qué conclusiones se pueden sacar hoy de la experiencia de los distintos grupos armados y de la extrema izquierda en su conjunto entre los ‘70 y la caída del Muro?
R.F. : Una izquierda armada sólo puede existir con un trasfondo de una izquierda fuerte. La RAF finalmente se despidió de esto cuando su punto de anclaje ya no fue la población o la resistencia. Remitirse a los pueblos del Tercer Mundo hacía más fácil el prescindir del respeto político y de la agitación aquí. Para nosotros era un error. La relación con las bases y el desarrollo de la política revolucionaria aquí era una parte imprescindible de nuestro concepto. Una tropa ilegal necesita mucho apoyo. Cualquier ilegal necesita gente que sea legal, que consiga viviendas, que consiga coches, que consiga papeles o que ceda los suyos. Cuando no hay izquierda que sostenga esto políticamente tampoco hay gente que lo sostenga en la práctica. Entonces tampoco hay estructuras capaces de actuar. Como una gran parte de los activistas fueron detenidos a mediados de los ‘70 y otra buena parte de los que se encontraba en la calle se acercó cada vez más a las posiciones de la RAF, perdimos mucho apoyo.
D. : Diferentes voces sostienen que la consecuencia de los años de lucha armada también ha sido el aumento de l potencial militar del Estado, que ahora puede desplegar una represión mayor contra las protestas.
R.F. : Yo lo veo de otra manera. Cuando se aprobaron las leyes más duras aún no se había producido ni un disparo. Cuando se aprobaron las leyes de emergencia, no se había lanzado ni una sola piedra. Cuando observamos los endurecimientos legislativos que se han dado en los últimos 15 años, sobre todo en lo que se refiere a la seguridad interna, nada ha pasado que justifique esto. Naturalmente, los errores políticos, como por ejemplo el secuestro del Landshut (avión de Lufthansa) en Mogadiscio, llevaron a un clima en el que la gente que tú quieres atraer hacia la causa, ve comprensible las medidas represivas del Estado, porque estas mismas personas se sienten amenazadas.
Hubo cantidad de errores políticos que han fomentado esto, pero con seguridad estos errores no fueron la causa. Hoy, los derechos sociales han sido vaciados de contenido. La gente está siendo explotada de una manera más voraz que hace 30 años. Las organizaciones obreras han sido integradas en el sistema de tal forma que ya no pueden oponerse a esto y les lleva a traicionar los intereses de quienes aparentemente representan. Hoy por hoy hay, como mucho, combates parciales en retirada.
D. : El debate sobre el indulto a Christian Klar ha demostrado que aún sigue la lógica de la confrontación.
R.F. : No me extraña nada que el Estado no libere a las personas que quieren cambiar la sociedad y que aún se aferran a ello. Por ejemplo, uno de los acusados y juzgados por los miles de crímenes cometidos en el campo de exterminio de Auschwitz fue condenado a seis minutos de cárcel por cada asesinato, y éstos ni los cumplió. No se trata de lo que ha hecho uno, sino del porqué le encarcelan.
D. : Renato Curcio, uno de los fundadores de las Brigadas Rojas en Italia, dijo que parte de su generación no encontró otra salida a la situación asfixiante que la lucha armada y la heroína. Algunos se decidieron por lo primero, pero él reconoce que ahora es posible construir una lucha social de la izquierda sin volver a recurrir a las armas. ¿Significa que está superada la lucha armada en Europa ?
R.F. : Cuando el recurso a la lucha armada se encuentra en contradicción con la lucha social, entonces el error político ya está en el fundamento. Siempre ha de encontrarse en primera línea la lucha social, el desarrollo de una estrategia política hacia la liberación, la organización de los explotados. Bajo ciertas circunstancias, la lucha armada puede ser una necesidad, pero ha de estar subordinada a sus propias bases. Si realmente hay gente que entendió la lucha armada como alternativa a la lucha social, entonces la derrota era predecible desde el comienzo.

http://www.diagonalperiodico.net/spip.php?article4082

2008/06/02

Benno Ohnesorg, 2 de junio de 1967


Su nombre significa despreocupado. Benno Ohnesorg, estudiante de veintiseis años, está a punto de acabar su tesis de final de carrera. Se ha casado el mes pasado, su mujer espera un hijo. En este 2 de junio de 1967, se presenta, como otros miles, delante de la ópera de Berlín oeste para protestar contra la representación especial de la Flauta mágica, ofrecida al shah de persia y a la emperatriz Farah. Los diarios de prensa controlados por Axel Cesar Springer anuncian que Berlín espera la mayor manifestación de protesta desde 1932. Los cascos prusianos son más numerosos que cuando la visita del presidente Kennedy. Las pancartas denuncian el régimen iraní y cada consigna es reforzada con el lanzamiento de huevos rellenos de pintura que estallan contra las fachadas acristaladas de la nueva ópera. Rudi Dutschke, el líder del movimiento, mechón negro y ojo brillante, subido a una valla tiene, megáfono en mano, un discurso vindicador. Las leyes de excepción son abucheadas, el parlamento ridiculizado. Los cascos prusianos a caballo reciben la orden de cargar sobre la masa en la calle Bismarck por ambos lados a la vez. Es un sálvese quien pueda generalizado. Ohnesorg se refugia junto con algunos amigos en el patio interior de un edificio. Este es el testimonio de Erika S***:
“El hombre de la camisa roja [Ohnesorg] tenía la cara girada hacia la calle desde el patio interior del edificio en el número 67 de la Krummestrasse, detrás de un VW. Llevaba en la mano un trapo blanco, intentaba visiblemente alcanzar la calle. Dos funcionarios de uniforme que se encontraban detrás del coche con la porra en la mano intentaban impedírselo (…) Y entonces desde la parte oscura del patio ha aparecido un grupo de personas de paisano y policias sujetando de pies y manos a otro jóven. Entre el momento en que he visto al hombre de la camisa roja y la evacuación del segundo han pasado unos segundos. En ese preciso instante mi visión estaba completamente despejada. Entre el hombre y yo, estimo una distancia de unos seis u ocho metros. De pronto, un funcionario de uniforme ha asestado por detrás un golpe con la porra en la cabeza del hombre de la camisa roja. La víctima se ha desmoronado lentamente sobre sí misma y los dos policias han venido por cada lado de la VW para golpear entre tres al hombre tendido en el suelo. Un policia le pisaba la mano y el brazo derecho, mientras que los otros le daban patadas en el estómago. Mientras que esto pasaba, he oído una detonación que en un primer momento no he tomado por un disparo. Por eso no sé en qué momento ha sido el disparo. Me he acercado al hombre que yacía en el suelo y me he inclinado sobre su izquierda. Cuando he levantado los ojos sobre los funcionarios, les he rogado suavemente que: “no me peguen, por favor, llamen una ambulancia”. El policía que se encontraba a la izquierda del hombre de la camisa roja se ha dirigido lentamente hacia la calle (…). He buscado una herida y la he encontrado cerca de la oreja derecha. De esta oreja también caía sangre. Le he tomado el pulso, estaba muy débil, le he abierto un párpado pero no le he visto la pupila. He pensado que tenía una fractura de cráneo. Sus labios se movían, y he supuesto que quería decir algo. Me he acercado, pero no he percibido más que un estertor.”
Quien disparó, K***, se sintió amenazado cuando alojó una bala en la cabeza de Ohnesorg. La muerte de éste –a pesar de su nombre sibilino- provoca nuevas manifestaciones, además de una reunión extraordinaria del Senado de Berlín en presencia de los rectores de las dos universidades. Al jefe de los cascos prusianos se le despacha dándole las gracias, pero cualquier tipo de concentración es prohibida. Los estudiantes ocupan entonces los anfiteatros y preparan una discusión sobre la democracia. Para el funeral de Ohnesorg, se organiza un cortejo desde Berlín a Hannover a través del corredor de Alemania del este. El movimiento de protesta se extiende a otras universidades alemanas. Se ataca sobre todo al periódico Bild que tiene una tirada de cuatro millones y medio de ejemplares. El mismo desde donde Axel Cesar Springer denuncia diariamente el peligro que suponen los estudiantes. Por ejemplo, este Rudi Dutschke: ¿por qué no vuelve a la Alemania oriental de dónde ha escapado?

En la muerte de Benno Ohnesorg


Cuarenta años (hoy 41 años) del asesinato de un estudiante por parte de la Policía alemana
Salvador López Arnal

"La política propiamente dicha, la política en sentido fuerte, la política vigorosa es el arte de lo imposible".
Karl Liebknecht 1

Lo recordaba Manuel Sacristán en “Cuando empiece la vista” 2 , la presentación que en julio de 1974 escribió para: Heinrich Böll, Garantía para Ulrike Meinhof, volumen que Seix Barral editó en 1976:
El 2 de julio de 1967, al final de una manifestación antiimperialista, la policía berlinesa mata de un disparo a bocajarro a un estudiante que caminaba sólo y sin armas de ninguna clase, Benno Ohnesorg; y el Jueves Santo de 1968 se produce el atentado contra Dutschke, uno de los portavoces más visibles del movimiento socialista estudiantil. El lenguaje de Ulrike Meinhof 3 cambia, como cambió el estado del ánimo del movimiento: “Se acabó la broma” (Konkret, 5/1968) y hay que utilizar “medios distintos de los que han fracasado, puesto que no han podido impedir el atentado contra Rudi Dutschke”.
*

También Tariq Ali se refirió a la muerte de Ohnesorg en su autobiografía, unas memorias imprescindibles 4 , donde casi nada sobra, donde apenas nada merece ser rectificado a excepción de un título demasiado generoso con sus orígenes y, sobre todo, con la posterior evolución político-circense-claudicante del señor Mick Jagger. Ésta fue su aproximación a lo sucedido. Recordemos que la primera edición de la autobiografía de Ali está fechada en 1987 5 .
En Años de lucha en la calle, Ali recuerda que Berlín Occidental seguía siendo en aquel entonces, 1967, una ciudad mayoritariamente pro estadounidense, a pesar de que el movimiento estudiantil berlinés había combatido, con éxitos parciales, algunos de los tópicos dominantes.
La Federación de Estudiantes Socialistas (SDS) había organizado una manifestación contra la visita del Sha de Irán, dictador amigo de los poderes occidentales. Ali lo presenta en sus memorias como “Cabeza un régimen torturador basado en una policía secreta cuyos jefes se jactaban de ser la red de represión más eficaz desde la caída de la GESTAPO”.
(Sea dicho entre paréntesis: vale la pena recordar una olvidada relación del régimen del Sha y la industria europea que ha sido recordada por Eduard Rodríguez Farré6. En los años setenta del pasado siglo, se creó en Europa un consorcio llamado “EURODIF” -abreviación de Eurodifusión- por el método de enriquecer uranio. El consorcio y sus instalaciones se encontraban, se siguen encontrando, bajo control francés. En EURODIF, además de los países europeos, España entre ellos, que no tenían entonces ni tienen ahora el ciclo completo del uranio, también participaba Irán, que antes, con el Sha en el poder, era país amigo. Al fundarse el consorcio, el Sha participó con un 10% del capital. Ya en estos años Irán tenía la finalidad de construir centrales nucleares. Nadie se escandalizaba por ello. Cuando fue Secretario de Estado bajo la presidencia de Nixon, Kissinger apuntó que la introducción de la industria nuclear en Irán beneficiaría las crecientes necesidades de su economía y, además, le permitiría reservar parte de su petróleo para la exportación o para la conversión en productos petroquímicos. El Sha era entonces un sátrapa, pero era nuestro sátrapa aliado. Cierro el paréntesis nuclear).
Así, pues, la policía berlinesa había recibido instrucciones de “limpiar” las calles ante la visita del ilustrísimo invitado. En la radio policial se emitió un mensaje falso, directo desencadenante de la violencia: dos estudiantes, se dijo por la radio, habían apuñalado a dos policías.
Benno Ohnesorg, miembro de la SDS, fue brutalmente golpeado por la policía. Caminaba solo en aquellos momentos, no llevaba arma alguna. Cayó semiinconsciente en la calle. Poco más tarde, otro policía berlinés llegó donde Ohnesorg yacía malherido. No erró: acabó con él de un disparo certero.
Más tarde se supo que el mensaje policial había sido falso. La ciudadanía de Berlín sabía que el verdadero poder de la ciudad estaba en manos del senador encargado de asuntos de interior, Herr Neubauer. Ali lo sitúa en la extrema derecha de SPD, del Partido Socialdemócrata Alemán. Extremadamente autoritario, la federación de estudiantes lo consideraba un nazi. Tampoco era ningún demócrata el jefe directo de la policía berlinesa.
El SDS, con Rudi Dutschke a la cabeza, convocó manifestaciones en todo el país exigiendo que se aclararan las circunstancias de la muerte de Benno. Pidieron la dimisión del responsable de la unidad policial y la expropiación del editor Axel Springer. El movimiento estudiantil alemán denunció a su editorial por la muerte de Ohnesorg, dadas las finalidades propagandísticas de sus publicaciones.
La convocatoria estudiantil no tuvo un seguimiento masivo...
*
Posteriormente, se han sabido más detalles de lo ocurrido 7 . Hubo manifestaciones el día anterior al asesinato, el 1 de junio de 1967. Habían sido convocadas por grupos de apoyo al emperador persa, por estudiantes adictos a su régimen y por sicarios de su policía secreta, que pegaron con estacas a estudiantes berlineses opositores con la total pasividad de la policía alemana.
Cuando al día siguiente, el 2 de junio, el Sha y su mujer Farah Diba, publicitada en revistas populares de la época como emperatriz de gran corazón, fueron a la ópera berlinesa a ver “La flauta mágica” (¡La flauta!¡Mozart!), los estudiantes gritaron contra ellos y contra su régimen despótico. Inmediatamente hubo una violenta carga policial. No solo intervino la policía berlinesa sino los mismos sicarios policiales del Sha. Benno cayó muerto. Un tiro por la espalda, a medio metro de distancia, acabó con su vida. Los policías cercanos se negaron a atenderle. Una estudiante, Friederike Hausmann, que iba a una fiesta de amigos, fue quien se acercó a Ohnesorg mal herido. Murió poco después, en la ambulancia que le conducía al hospital.
Nunca se llegó a aclarar totalmente lo sucedido. Kurras, el policía autor del disparo, llegó a dar tres versiones distintas de lo ocurrido. Los tribunales lo absolvieron.
El Jefe de la policía de Berlín el día del asesinato era Hans-Ulrich Werner. Policía profesional durante el nazismo, aspiró a ser miembro de las SS. Participó en la política de tierra quemada en Ucrania y en la lucha contra la resistencia italiana, ganando por ello honores militares. Gudrun Ensslin, quien fuera años después líder de la Fracción del Ejército Rojo, tomó la palabra en una asamblea estudiantil posterior al asesinato de Benno: “¡A la violencia sólo se puede responder con contraviolencia. Esta es la generación de Auschwitz y con ellos no se puede argumentar!”
El ”Movimiento 2 de junio” recordó en su nombre la fecha del asesinato de Ohnesorg.
Nadie calificó ni ha calificado su muerte como terrorismo de Estado. La desesperación cundía entre el movimiento estudiantil. La democracia realmente existente, con activa participación socialdemócrata, parecía un Estado autoritario muy escorado a la derecha. El abogado Otto Schilly, sobre cuya evolución posterior lo mejor es el silencio, declaró: “Aquel día se me vino abajo mi fe en el estado de Derecho y la independencia de los tribunales”.
La radicalización del movimiento estudiantil, la formación de grupos como la Fracción del Ejército Rojo, el “Movimiento 2 de junio”, grupos marxistas-leninistas muy minoritarios, tuvieron en esa fecha su punto desencadenante. El atentado contra Dutschke se produjo 9 meses más tarde, un 11 de abril de 1968.
En su presentación al citado volumen de Heinrich Böll escrita a mediados de los sesenta, en pleno auge de los eurocomunismos, Sacristán daba cuenta de esta situación y de la evolución política del movimiento 8 :
Es probable que la teoría y la práctica de la Fracción Ejército Rojo no tengan justificación política alguna (aunque siempre es mejor, parafraseando a Teufel, intentar echar a los mercaderes del templo que cambalachear con ellos). También es posible que entre las causas que expliquen la obnubilación política de los de la FER algunas arraiguen en flojeras científicas o morales. (Pero no es menos probable que otras arraiguen en robusteces de ambas clases: ver la carta de Mahler a Böll, en este volumen, 31-I-1972.) Pero al menos una de las causas puede impedir que algunos se queden satisfechos con la comprobación, tan obvia, de que la FER no va a ninguna parte, o con la recolección de “pruebas nuevas de viejas verdades”. Esa causa es la citada confusión de la resaca del Sesenta y Ocho. La crisis que se alarga y se ahonda en las grandes sociedades capitalistas -crisis económica, crisis de concretas maneras de producir, crisis de instituciones, crisis políticas en algunos estados: crisis cultural, en suma- está originando ya desde hace algún tiempo medidas de defensa fascista del sistema, en las pintorescas formas del pasado, o en la sorprendente fórmula norteamericana hecha de corrupción y violencia, o en la forma legalista y burocrática de la que puede ser ejemplo algún aspecto de la presente evolución legislativa y ejecutiva alemana. Esta situación hará necesarias grandes concentraciones antifascistas cuya definición política global, como su contenido, tenga poco perfil. Pero de lo que no se ve ninguna necesidad es de presentar eufóricamente una situación semejante. Y, sin embargo, esto está ocurriendo en la izquierda con frecuencia cada vez mayor, confundiendo mucho el pensamiento. No es difícil dar en publicaciones de izquierda con curiosos análisis sociales que se suponen críticos y afirman, por ejemplo, la neutralidad de órganos del Estado. O con fantasiosas perspectivas de una utopía reformista que ve evolucionar lisamente la sociedad hasta el socialismo desde el capitalismo, incluso desde una forma fascista de éste. Tesis que hasta hace relativamente poco tiempo se recibían como fruto irrelevante de la ignorancia -por ejemplo, la democracia social de Andrei Zajárov, en la que confluirían finalmente capitalismo y socialismo- o como gastados señuelos contrarrevolucionarios -por ejemplo, la vieja frase de la “tercera vía”- se oyen ahora a gentes que el público tiende a relacionar con la izquierda de clase. En medio de esa confusión, una insania política trágica como la de Holger Meins se hace bastante comprensible, como si al negarse a comer se hubiera negado también a tragarse semejantes purés ideológicos. Muy poco antes de su muerte en prisión, al final de unas líneas que escribió Meins garrapateó esta última frase: En medio no hay nada (Dazwischen gibt es nichts).

Acaso sea innecesario señalar que la evolución del capitalismo tardío en estas últimas décadas no ha falsado el sentido central de estas consideraciones del autor de El orden y el tiempo.

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1 Tomado de la editorial del número 11 de la revista Materiales, septiembre-octubre de 1977, p. 4
2 Ahora en Manuel Sacristán, Intervenciones políticas. Icaria, Barcelona, 1985, pp.158-177 (el paso citado está en la página 165).
3 Sacristán presentó y editó en 1976 una Antología de los escritos de la Meinhof a quien había conocido durante su estancia en Alemania entre 1954 y 1956.A ella se refería en una de sus últimas conferencias: “Sobre Lkukács” (1985), Manuel Sacristán, Seis conferencias. Libros de El Viejo Topo, Barcelona, 2005.
4 Tariq Ali, Años de lucha en la calle. Akal, Madrid, 2007, p. 259.
5 A la nueva edición (original 2005, en castellano 2007), Tariq Ali ha incorporado una larga introducción –“Crónica de entonces y de ahora”-, un apartado con intercambio de cartas entre John Lennon y John Hoyland y la entrevista que él y Robin Blackburn hicieron a Lennon y Ono.
6 Eduard Rodríguez Farré y Salvador López Arnal, Casi todo que usted deseaba saber sobre salud humana, medio ambiente e industria nuclear y algún día quería preguntar. Libros de El Viejo Topo; Barcelona (en prensa)
7 Me baso en este punto en diferentes entradas de Wikipedia y en un artículo, de marchamo anticomunista y con repetidas pruebas de incomprensión total, como casi todos los suyos, de José Comas que apareció en El País, 3-6-2007: “¿Mayo del 68? No. Junio de 1967” (suplemento, p.6).
8 Manuel Sacristán, Intervenciones políticas, op. cit, pp. 176-177.

http://rebelion.org/noticia.php?id=55669