2009/04/14

Hambre, huelgas, huelgas de hambre.

Artículo de Manuel Sacristán incluido en Mientras Tanto nº8 y recogido en el libro Pacifismo, ecología y política alternativa.
No sería fácil levantar una lista de todas las listas de huelgas de hambre sostenidas en Europa occidental, desde la que acabó con la vida de Holger Meins en 1974 hasta las de Debus y los militantes irlandeses -también mortales- en esta primavera.
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Para decir que la muerte de Sigurd Debus no es más que el resultado de la deseperación del pequeño burgués radical a la vista de su aislamiento, o que las huelgas de hambre andaluzas son sólo un espectáculo, hay que estar muy seguro de que seguimos viviendo en circunstancias "normales".
(...)
En casos sueltos y muy particulares -de individuos o de sectas- es posible que la huelga de hambre dé testimonio sólo de que su aislado actor y víctima no puede soportar ya este mundo. Pero cuando los que se ponen en huelga de hambre son muchos y lo hacen sin demasiada decoración ideológica, y, sobre todo, cuando el hecho se extiende entonces la incapacidad de soportar la situación es algo que rebasa todo intento de explicación por psicopatología. Por eso hay que reconocer que tiene buen instinto Eduardo Saborido* al preferir creer, para quedarse tranquilo, que los huelgistas de hambre andaluces son unos cuentistas. Pero es poco verosimil que lo sean. Más se puede creer que una conducta de lucha tan radical y tan impotente está señalando la profundidad de la presente larga crisis, su caracter extraordinario y la insuficiencia de las sensatas estrategias sindicales realistas pensadas en los buenos tiempos del Seiscientos.

*Eduardo Saborido era, por entonces, el principal dirigente andaluz de CC.OO. que no veía más que un "show" en la huelga de hambre de los 500 vecinos de Marinaleda. Sus mismos compañeros del Sindicato Obrero del Campo le desautorizaron sosteniendo que "la solución de los problemas del campo admite distintas estrategias sindicales, y la huelga de hambre es válida, como lo son las de este sindicato". En 1983, Eduardo Saborido imputado en el "proceso 1.001" dimitió de su cargo por la radicalización (!) de su sindicato y por la política a tumba abierta (!) que venía siguiendo CC.OO.

El Gobierno de Bonn no se siente culpable de la muerte de Debus



El Gobierno federal alemán no se siente responsable de la muerte del terrorista Sigurd Debus, fallecido a consecuencia de una huelga de hambre, ni tampoco ve ninguna culpa de otros organismos estatales, declaró el ministro federal de Justicia, el socialdemócrata Juergen Schmude (SPD), a la revista Quick. Schmude fue muy criticado por su carta de respuesta a la organización humanitaria Amnistía Internacional, en la que apuntaba la posibilidad de mejorar las condiciones de encarcelamiento de los presos por terrorismo. En su entrevista con Quick, Schmude dice que « desgraciadamente, Debus llevó tan lejos su huelga de hambre, que al final ya no se podía hacer nada».El ministro declara que en esa situación, «la última decisión corresponde a los médicos. El legislador sólo puede ofrecer un marco legal. Cuando existe peligro agudo de muerte, la alimentación forzada es un deber, porque la vida tiene prioridad sobre otros criterios. La dificultad grave está en calcular el momento en que la vida corre peligro ».
Schmude se manifiesta contrario a aplicar en la RFA la normativa británica, respeta la voluntad de los presos en huelga de hambre hasta dejarlos morir, «nosotros queremos evitar que se deje morir a los presos conscientemente. Si se va tan lejos, no hay ningún freno. El Estado tiene que intervenir y tirar del freno».
El ministro dice que no prometió suavizar las condiciones de encarcelamiento, sino que apuntó la posibilidad de cambios, una vez acabada la huelga de hambre, lo que corresponde a la administración de Justicia de cada Estado (land), que «se orientará según las circunstancias de cada caso individual».
Schmude rechaza la exigencia de los presos de reunirse en grupos de quince personas de ideología afín, porque «el ríesgo para la seguridad sería demasiado grande», pero dice que «se pueden encontrar medios y vías para reunir a varios, de forma que ninguno esté completamente solo. Para eso no se habría necesitado una huelga de hambre».
Recientemente, un periodista visitó la prisión de Berlín-Moabit, donde se encuentra la discutida «galería de alta seguridad» para presos por delitos de terrorismo.
El periodista describió en la radio sus impresiones, «un hombre está sentado ante cuarenta pantallas, rodeado de luces rojas, de botones y teléfonos. La mayoría de las pantallas muestran pasillos con aspecto de catacumba y numerosas puertas. En otra pantalla se ve una habitación con una mesa de pimpón y aparatos para hacer gimnasia. Una de las numerosas cámaras enfoca a cuatro hombres en el patio, donde dos pasean despacio y otros dos corren y rebasan repetidas veces a los que pasean. Al fondo se ve una torre de control».
Visión lúgubre
El periodista comenta que «la primera impresión del visitante evoca espontáneamente la lúgubre visión de George Orwell en 1984». La galería de alta seguridad en la vieja prisión de Berlín-Moabit se inauguró en enero de 1980 y costó 250 millones de pesetas. Hay sitio en esa galería para veintisiete presos. La decisión de construir esa galería de alta seguridad se tomó después de dos espectaculares fugas de presos.
El proyecto fue muy criticado. Simpatizantes de los presos hablaron de «muerte blanca» en las celdas, con controles ópticos y acústicos que lo registran todo. La derecha habló de una «cárcel de cinco estrellas».
La galería de alta seguridad tiene siete departamentos separados con celdas integradas, hay un módulo de hasta siete celdas y otro de sólo dos. Cada departamento separado está conectado con sus celdas en una sala común. Actualmente, en Moabit hay tres grupos de presos por terrorismo: un grupo de cinco hombres y dos grupos de cuatro y tres mujeres.
Los hombres son miembros del Movimiento Dos de Junio, de la llamada «segunda generación terrorista», que tomó el nombre en recuerdo de la fecha de la muerte del estudiante Benno Ohnesorg, el 2 de junio de 1967, en una manifestación contra el difunto sha de Persia. Esa fecha está considerada clave en el movimiento estudiantil alemán.
En Moabit el día comienza a las seis de la mañana con un control rutinario de celdas. De siete a 7.30 se sirve el desayuno con un carrito que recorre las celdas. Después, cada grupo tiene una hora de salida al patio de la cárcel. Sigue la asistencia a procesos de los presos o la hora de visitas privadas o de los abogados.
Las visitas de los abogados, que no son controlados, se realizan con un cristal de por medio para evitar todo contacto. Con las visitas privadas puede haber contacto, dar la mano o besarse, pero en presencia de un policía y un funcionario de prisiones, y después sigue un registro de los presos.
A las doce se reparte la comida normal y después se abren las celdas de cada grupo hasta las diez de la noche. A las tres de la tarde se sirve una cena fría, que suelen tomar más tarde en grupo. Los presos ven la televisión, escuchan la radio o leen hasta las diez de la noche. Cada dos semanas hay un registro intensivo de las celdas y cada dos meses se saca todo y se hace un control exhaustivo.

La huelga de hambre de Sigurd Debus

Sigurd Debus no fue militante de la RAF, sino que de otro grupo armado clandestino. Fue arrestado en 1974, en 1981 participaba en una huelga de hambre junto a los detenidos de la RAF luchando contra la política de aislamiento en las cárceles. Aunque muerto unos días antes, el Estado no publicó la noticia sobre su fallecimiento hasta el 16 de abril de 1981, el día en que daba fin la huelga de hambre. Su abogado escribió: "todos los indicios apuntan a que ha sido la alimentación forzosa en el hospital de la cárcel de instrucción de Hamburgo la causa de la muerte de Sigurd Debus". La burguesía quería hacer creer por medio de la manipulación de la fecha de la muerte que los detenidos habían terminado con la huelga de hambre con motivo de la muerte de Sigurd, y no por las promesas hechas por parte del Estado de abolir el aislamiento. Por su parte, el Estado no cumplió con sus promesas. La investigación sobre la muerte de Sigurd no ha ofrecido resultado alguno, ya que ha desaparecido una parte de los documentos en el hospital mismo. Los médicos y los agentes implicados en su muerte han mantenido su puesto de trabajo. Para muchos compañeros que habían apoyado la huelga de hambre, Sigurd debía morir porque era su deseo luchar junto a los detenidos de la RAF.

2009/04/12

Perché il fuoco non muore

"...La reconstrucción de aquellos años es un trabajo aún por hacer, contra la falsificación y el uso de la historia realizado por el sistema dominante" Primo Moroni 1997.
Esta es la frase que han elegido los compañeros del COX18 para presentar unas jornadas que llevan por título: Porque el fuego no muere. Exposición sobre los militantes de la RAF muertos en las cárceles alemanas. Durante estas jornadas que corren a cargo de Paolo Neri, han participado Langenfeld y Peter Chotjewitz, y además se ha proyectado un corto de Holger Meins (12 Mal) y un documental de Meinhof (Bambule).

2009/04/10

Kommune 1, 2 y los Rebeldes del hachís

Die Kommune 1 oder K1 war die erste politisch motivierte wohngemeinschaft in Deutschland. Sie wurde am 1 de enero de 1967 in Berlin gegründet und löste sich im Noviembre 1968 endgültig auf. Die Kommune 1 entstand als Gegenreaktion auf den Zeitgeist der deutschen 60er-Jahre, in der sehr konservative Moralvorstellungen herrschten, insbesondere bzgl. der geschlechterrolle sowie der Sexualmoral. ...¡Dios! como impone este idioma. Podría afirmar rotundamente que se afirman grandes sucesos y simplemente se describe a unos deustch trastornaten, variante alemana del disperso mundo de las guerrillas culturales, que se divirtieron tanto como nuestros amigos los provos y los indiani.
1. La cocina creativa de la Kommune 1: El atentado del flan
Uwe Johnson: "Proclamaron la revolución de la vida cotidiana: la familia nuclear burguesa debía ser reemplazada por lo colectivo."
Un día el Ejército de Salvación se encontró en apuros cuando cantaban su serenata en la calle Kurfürstendamm de Berlín. ¿Qué coño pasa? ¿Por qué nos molestan? se preguntaron. La polizei confundiólos con miembros de la comuna. Con la táctica de jugar a "la liebre y el erizo" aprovechaban cualquier ocasión, sin recurrir a la violencia física, para provocar a las fuerzas del orden y ridiculizarlas. Los activistas de la K1 dominaron a la perfección la táctica del desvelamiento de estructuras autoritarias. Sus acciones provocaban reacciones indiscriminadas por parte de la policía, de la que tampoco se salvaban los ciudadanos-espectadores. Métodos y usanzas estos que coinciden con la de los yippies, que utilizaban la provocación mediante los happenings políticos agresivos.
No obstante las coincidencias van más allá de los métodos. Teufe V Langhans publicó Klau mich (róbame) idéntico título al del insigne yippie Abbie Hofman: Steal this book (roba este libro).
Numerosas acciones de la K1 poseían ciertas reminiscencias que aludían directamente a la espontaneidad dadaísta. "No se exagera afirmando que las formas de acción específicamente antiautoritarias adquirieron carácter masivo justo en el momento en que la Sozialistische Deutsche Studentenbund (SDS [Alianza de Estudiantes Socialistas Alernanes) se fusionó con una línea que históricamente se remontaba al dadaísmo berlinés".
La opinión pública, como siempre, no vio más allá de la norma y centró sus morbosos focos y sus mezquinos plumillas en el llamamiento a la "promiscuidad" de la comuna.
2. ¿Quiere ser usted un Provo? Fórmese con nosotros.
Como "Comité provisional para la preparación de la autoorganización estudiantil", la K1 reventó -provistos de chapas del Chairman Mao- una asamblea de 6.000 estudiantes del ASTA (parlamento estudiantil) de la Universidad Libre de Berlín. Distribuyeron una sensata octavilla "acerca de la idiotez de los especialistas", invitando a los asistentes a abandonar la universidad, a trabajar y a comprar con el sueldo una casa para convertirla en comuna. Lugar este donde practicar el amor libre y organizar cursos para la formación de un partido. El plan perfecto. El objetivo era formar auténticos provos alemanes que se desplegarían por toda la sociedad e iniciarían acciones perturbadoras.
Motivado por el deseo de un cambio radical el movimiento antiautoritario -la K1 era uno de sus productos- quería sacudir los cimientos petrificados de la sociedad alemana. Su potencial revolucionario brotó al considerar que lo individual y lo social eran igual de importantes a nivel político y que, por tanto, no podían ser contemplados por separado. La transformación propia no debería ser vista como un asunto personal, como hasta entonces, sino como aportación a un cambio radical de la sociedad.
3. Un tipo se fuma un porro en una foto del Spiegel. El juicio de los que juzgan.
Los medios de comunicación convirtieron la experiencia de la K1 en una central de espantaciudadanos. Los prejuicios contra generaciones de pisos compartidos estuvieron marcados por esta imagen deformada, a pesar de que el verdadero día a día de la K1 en realidad había sido bastante pequeñoburgués. Las fotos de Uschi Obermaier fumando un porro se vendieron a las revistas de información Stern y Spiegel. Un trabajo pactado. La campaña de difamación por parte de los periódicos del magnate Springer consiguió convertir a los K1 en peligrosos enemigos del Estado. Su criminalización mediática alejó a mucha gente de su entorno. Pero los miembros de la K1 que se sentaban en el banquillo entendieron las vistas en la audiencia como una amable oferta por parte del Estado. A su disposición tenían un escenario para nuevos happenings. Desvelaron al procedimiento judicial como ritual del poder.
En marzo de 1968, un reportero old fashioned del Spiegel se lamentaba en un artículo del aspecto de Teufel. Según el articulista la elegancia de Teufel suponía "la deshonra total de la manera de vestir occidental". De este proceso procede la legendaria frase que Teufel dijo acerca de la orden de levantarse ante el tribunal: "Bueno, si eso ayuda a encontrar la verdad". Cuando se le pidió a Teufel someterse a un dictamen psiquiátrico, él manifestó no tener ningún inconveniente en hacerlo, siempre y cuando el juez y el fiscal se sometiesen también a tal reconocimiento.
4. Las mujeres (die frauen)
Gretchen Dutschke-Klotz afirmó tajantemente: los hombres de la K1 "parecían tener principalmente un objetivo, el de convertir a las mujeres en sus objetos sexuales comunes". Frases como "A mí qué me importa la guerra de Vietnam; yo tengo que solucionar mis dificultades para llegar al orgasmo", apoyaban el razonamiento. La práctica social cotidiana de la K1 estaba marcada por influencias sexistas-patriarcales. No obstante, fue paradójicamente esta insistencia en el factor subjetivo la que contribuyó luego a preparar el terreno para el cuestionamiento de este patriarcalismo.
5. "A mí qué me importa la guerra de Vietnam; yo tengo que solucionar mis dificultades para llegar al orgasmo"
La Comuna 1 fue el símbolo de una fase del movimiento antiautoritario en cuyo centro se encontraban los procesos de aprendizaje permanente, pero también los esfuerzos por cambiarse a sí mismo. Es posible que sus formas ritualizadas de acción hayan entrado en la "pendiente irresistible de los procesos de valorización que se autoalimentan" y que Teufel, Langhans y compañía se hayan realmente convertido en "provocadores mentalmente entrenados de la sociedad mediática capitalista" y en "sus suministradores dependientes". A pesar de todo, favorecieron el desarrollo de la acción espontánea, la iniciativa colectiva y la autoorganización de cara la emancipación del aquello que se llamaba "sujeto histórico". La comuna se oponía al poder del Estado con creatividad; a las armas, con la movilidad; a la brutalidad, con la pasión; a las porras, con el lenguaje.
La K 1 marcó la imagen social del 68. Las diferencias ideológicas cada vez más acusadas acabaron en 1967 con la exclusión de la K 1 de la SDS . Se les acusó de "falsa espontaneidad", de "sobrevaloración" y de "huida de la realidad". A despecho de todas las diferencias, la K1 continuó con sus acciones, en parte apoyadas por miembros de la SDS. Según dicen, el proyecto K1 fracasó finalmente por sus contradicciones internas.
6. K2 und Zentralrat der umherschweifenden Haschrebellen.
La Kommune 2 (K2), una escisión de la K1, fue fundada por Jan Carl Raspe, el hombre de la Baader-Meinhof, y conocida también como comuna política, Heike Brandt y otras como respuesta al narcisismo, al culto de los ídolos y a la instrumentalización de algunos compañeros proletarios por parte de miembros de la K1. La K2 intentaba llevar a la práctica la reivindicación volterética de Rudi Dutschke de "revolucionar a los revolucionarios" como "condición previa a la de revolucionar a las masas", una árida exigencia que la K1 no pudo o no quiso cumplir.

Hablando de los problemas cotidianos, la Comuna 2 tenía que luchar con el problema de los trabajos de casa ( "En casa reinaba de manera periódica un caos improductivo. Todo estaba sucio. Por ejemplo, uno no tenía ganas de bañarse porque el baño apestaba cuando había diseminadas por allí miles de toallas sucias") . No obstante la educación de los pequeños provos alemanes no era descuidada. Al parecer, a los miembros de la comuna les gustaban (xxx), sobre todo, según parece, a Raspe. Habría que entrevistar a esos niños y niñas nacidos en la comuna para enterarnos cómo la vivieron y sobrevivieron. Quizá vivieron allí poco tiempo para que dejara en ellos influencias duraderas. Con las finanzas de la economía doméstica común tampoco había dificultades; los miembros eran poco exigentes en cuanto a bienes y placeres materiales.

"El proceso revolucionador del individuo burgués" fue el título de su manual de vida cotidiana. Afirman los críticos de la comuna que estos jóvenes "nacidos en el seno de la burguesía" querían hacerse revolucionarios auténticos por la vía de la comuna. El hecho de no conseguirlo es la verdadera causa del tan evocado fracaso, de la frustración. "El privilegio de pasar dos años sin tener que trabajar" pudiendo dedicarse exclusivamente al "proceso revolucionador del individuo burgués" no produjo ningún éxito. Ellos lo saben y les remuerde la conciencia."Nos hemos divertido poniendo orden a nuestra vida (particular)", se afirma con amargura en una ocasión. ¿Cuál fue el "efecto de esta fase que duró varios meses"? Sólo un "completo entumecimiento, apatía que ha producido horribles frustraciones por todas partes".

Había que buscar una causa de este fracaso, y la encontraron: para llevar a cabo el proceso revolucionador los intelectuales necesitan del proletariado, pero el proletariado no colaboró. Para la fase siguiente se preveía la creación de grupos "que se pondrían en contacto con la clase obrera". Sabemos que de esto no salió nada. Apatía fue su consecuencia... o desesperación. A Raspe le llevó a Baader y a Stammheim. (Klaus Menherte dixit en "La rebelión de la juventud"). Pues eso.

Mucho antes de que el ciudadano berlinés observara detenidamente aquella humareda que según había reconsiderado varias veces no era contaminación y el olor era ciertamente característico, mucho antes de eso, se encontró que su mano agarraba una octavilla. En ella rezaba algo ininteligible para aquel señor berlinés. "Luchamos por poder decidir libremente sobre nuestros cuerpos y formas de vida. Uníos a esta lucha. Formad cuadros militantes en los pueblos y las metrópolis. Cagaos en esta sociedad de seniles precoces y de tabúes. Convertíos en salvajes y haced cosas guapas".

Se trataba de el mismísimo "Consejo Central de los rebeldes nómadas del hachís" ("Zentralrat der umherschweifenden Haschrebellen"). Este seudónimo se concibió como parodia de los grupos políticos de estudiantes. Los rebeldes del hachis se pronunciaron en favor de una política militante y de la infracción masiva de la existente ley de estupefacientes. Organizaron en el Tiergarten, un céntrico parque berlínés, varias smoke-ins (fumadas colectivas), ayudaron a buscar abogados defensores de fumetas y reivindicaron la legalización de las drogas.
De este entorno provenía también una parte del grupo Bewegung 2. Juni (Movimiento 2 de junio) que, a diferencia de la RAF, mantuvo reminiscencias de las formas antiautoritarias de acción, incluso en el secuestro del político de la CDU, Peter Lorenz, o en atracos a bancos. En 1975 repartieron dulces de chocolate, llamados "besitos de chocolate", entre los asustados clientes de dos bancos.

Aunque buena parte de las ideas políticas de todos estos grupos del movimiento antiautoritario podrían considerarse fracasadas, "en un sentido subversivo, de cambio de las formas de vida social, consiguieron un éxito que nunca habían esperado y que perdura hasta hoy".