2010/07/08

Carta de Josef Bachmann a Rudi Dutschke

Berlín, 15 de enero de 1969

¡Estimado Rudi Dutschke!
Me gustaría escribirle una segunda vez, no sé si ha recibido mi primera carta. Por supuesto, quisiera también darle las gracias por sus dos cartas, que he recibido con entusiasmo y gran alegría.

La segunda carta, sobre el profesor Helmut Gollwitzer, me ha permitido tener un conocimiento sobre usted mejor del que tenía hasta la fecha.
Quisiera una vez más expresarle mis disculpas por lo que le hice a Ud. Sólo puedo desearle a Ud. que en su futuro y en su carrera, que para Ud. acaba de comenzar, no le acarree ningún daño físico de consideración. Ahora mismo estoy algo mejor que en los primeros meses, cuando intenté por todos los medios poner fin a mi vida. Espero sobrevivir a todo esto y que brille de nuevo el sol para mí, y si no, me queda aún tiempo para quitarme de este planeta de mierda.
Mi opinión sobre la política alemana actual es, en general, buena. Nuestra calidad de vida es una de las mejores del mundo, todo el mundo tiene trabajo y pan, todo el mundo puede estudiar libremente y hacer lo que quiere.
Sólo me pregunto por qué manifestarse contra lo que ustedes se manifiestan, por qué quiere dejar a la clase obrera y a nuestro sistema actual en manos del criminal Ulbricht y sus camaradas. Estuve a menudo en Berlín oriental y tuve muchos contactos con los jóvenes de allí. ¡Yo mismo vengo del Este! Cuando se escucha hablar a estos jóvenes, no es ninguna sorpresa que hay orientado mi odio contra todo lo que es bolchevique y comunista. Por eso quiero que Ud. no se convierta en uno de ellos.
Quizás me haya formado de Ud. una opinión incorrecta. Quizá Ud. no esté tan equivocado cuando dice que nuestra tranquilidad y nuestro orden han llegado desde hace tiempo a su fin. Si le he entendido a Ud. bien y me puedo hacer una imagen de Ud., Ud. y sus asociados quieren conseguir un sistema mejor que el que tenemos ahora. Pero luego viene la cuestión de cómo debería de ser éste y por qué quiere cambiarlo, y qué no habría de cambiarse, porque la mayoría de las capas de la población le vaya bien y vivan cómodamente, tirando la casa por la ventana, no se podrá conseguir algo mejor. Será cuando se hundan hasta tener el agua al cuello. Supongo que nuestra generación quiere una dictadura como la que fue posible en los países del bloque oriental o fue posible en el Tercer Reich.
Dubcek(sic) en la República Socialista Checoslovaca sólo quería un poco de libertad para su pueblo, al que el comunismo ruso oprimía y explotaba brutalmente. Todo el mundo sabe que el comunismo y el fascismo quieren esclavizar y oprimir a la Humanidad. Por eso en la República Federal se vigila hoy lo que se mueve por la izquierda y a los diferentes grupos que guiñan su ojo izquierdo al Este.
Con estas palabras quisiera despedirme de Ud., Rudi Dutschke, y desearle todo lo mejor y mucha suerte en su futuro.

Traducción de Àngel Ferrero para la revista Viejo Topo mayo de 2010

Carta de Rudi Dutschke a Josef Bachmann


Milán, 9 de diciembre de 1968


¡Querido J.Bachmann!
No tienes por qué ponerte nervioso. Lee esta carta o deshazte de ella.
Querías acabar conmigo. Pero de haberlo logrado, la camarilla dominante, de Kiesinger a Springer, de Barzel a Thedden, habría terminado después contigo.
Éste es mi consejo:
No te ejes atacar, ataca a la camarilla dominante. ¿Por qué te han condenado hasta este momento a una vida de pistolero? ¿Por qué querías destruirte y contigo, destruir a las masas dependientes de nuestro pueblo explotado, destruir tu fantasía, la posibilidad de tu desarrollo? ¿Por qué hemos de ser nosotros a quienes siempre se nos haga arrodillar y eliminar?
Para quienes están en las instituciones dominantes, para los representantes del capital, para los partidos políticos y los sindicatos, para los agentes de la maquinaria bélica y de los “medios de comunicación contra el pueblo”, para los fascistas de partido en contra de las masas, que se encuentran en todas partes, para todos ellos deben trabajar las masas a diario.
Durante los pocos días de la revolución alemana de 1918, las masas consiguieron, con su lucha, la jornada laboral de 8 horas. Cincuenta años después todo nuestro pueblo lucha por poder mantenerse, y aún sufrir, como desde siempre ha ocurrido, sólo que de una forma inhumana “menos desagradable”. Los estudiantes e intelectuales han participado hasta el momento en su tarea de explotación.
Para nosotros, los estudiantes sólo útiles cuando regresan finalmente al pueblo. Los intelectuales y artistas deben vincular también en última instancia sus fantasías creativas con a vida del pueblo, trabajar para él, apoyarlo, modificarlo y modificarse a sí mismos en el proceso. ¿Qué te parece esta propuesta?
He trabajado durante años en los campos y en las fábricas. Muchos de nosotros, que recién terminamos nuestros estudios universitarios, pasamos a integrarnos en grupos en el proceso productivo, para preparar la revolución. Así que no nos dispares: lucha por ti y por tu clase. Deja de intentar suicidarte, el socialismo antiautoritario también guarda un lugar para ti.

Rudi Dutschke.

P.S.: Como no espero que recibas esta carta de los representantes del Estado, se la entrego a los así llamados medios de comunicación de todo el mundo.

Traducción de Àngel Ferrero para la revista Viejo Topo mayo de 2010