(...)
Hemos defendido la democracia política, en vez de atacar a los poderes sociales, las asociaciones de empresarios, junto con sus dependencias en el Estado y la sociedad misma. Hemos sostenido en alto la Constitución en vez de ocuparnos de que se crearan los presupuestos socioeconómicos de la conservación y la ampliación de esa democracia. Hemos argumentado contra las leyes de emergencia, en vez de luchar contra la fuerza de las grandes compañías, contra la expansión del trust Springer, o, por lo menos, por una codecisión radical y amplia en la empresa.