El historiador y ensayista Erich Kuby:
"Cuando era niño, la guerra era vista aún como la única acción de asesinato en masa legítima y aprobada por la ley. Hoy no es necesaria una guerra para lograr una acción de asesinato en masa en una escala mucho mayor. Pero los dueños del poder no hacen nada contra el peligro total; al contrario, hacen todo lo posible para agrandarlo cada vez más. Siguen construyendo nuevas plantas atómicas y no desvían los miles de millones de dólares, que se gastan para subvencionar la industria atómica, en el desarrollo de soluciones alternativas. Además, continúan siendo solidarios con una potencia mundial incontrolable que se sigue preparando para la guerra atómica. Los asesinos potenciales no están entre nosotros sino sobre nosotros y sólo por la razón de que millones de corderos los votan, divididos en social-cristianos, liberales y socialdemócratas. Como emplean principios democráticos como material propagandístico de juego, no tienen nada en contra de que de vez en cuando algunos griten: '¡esto no nos gusta nada!". Al contrario, eso es bueno y además no molesta para nada a los de arriba. Pero el primer embozado que arroje una piedra, es calificado de criminal y va al calabozo. Cuando ocurra en Alemania el primer Chernobyl -y sólo Chernobyl- serán algunos cientos de miles de estos llamados 'criminales' que se lanzarán a la calle. El ejército comenzaría a actuar. Pero por lo menos esta discusión se actualizaría, saldría del medio intelectual, y se haría más popular. Claro, de cualquier manera, de acuerdo a las circunstancias actuales, todo aquel que guiado por su conciencia realice actos de violencia individuales, no podrá cambiar nada. Pero que en el futuro no se ponga su nombre a calles, como ejemplo, de eso no estoy tan seguro. Desgraciadamente estoy muy viejo para hacer apuestas, pero lo haría y por la cantidad más alta, que en el año 2050 habrá un lugar dedicado a Ulrike Meinhof para recordarnos sus propuestas".
"Cuando era niño, la guerra era vista aún como la única acción de asesinato en masa legítima y aprobada por la ley. Hoy no es necesaria una guerra para lograr una acción de asesinato en masa en una escala mucho mayor. Pero los dueños del poder no hacen nada contra el peligro total; al contrario, hacen todo lo posible para agrandarlo cada vez más. Siguen construyendo nuevas plantas atómicas y no desvían los miles de millones de dólares, que se gastan para subvencionar la industria atómica, en el desarrollo de soluciones alternativas. Además, continúan siendo solidarios con una potencia mundial incontrolable que se sigue preparando para la guerra atómica. Los asesinos potenciales no están entre nosotros sino sobre nosotros y sólo por la razón de que millones de corderos los votan, divididos en social-cristianos, liberales y socialdemócratas. Como emplean principios democráticos como material propagandístico de juego, no tienen nada en contra de que de vez en cuando algunos griten: '¡esto no nos gusta nada!". Al contrario, eso es bueno y además no molesta para nada a los de arriba. Pero el primer embozado que arroje una piedra, es calificado de criminal y va al calabozo. Cuando ocurra en Alemania el primer Chernobyl -y sólo Chernobyl- serán algunos cientos de miles de estos llamados 'criminales' que se lanzarán a la calle. El ejército comenzaría a actuar. Pero por lo menos esta discusión se actualizaría, saldría del medio intelectual, y se haría más popular. Claro, de cualquier manera, de acuerdo a las circunstancias actuales, todo aquel que guiado por su conciencia realice actos de violencia individuales, no podrá cambiar nada. Pero que en el futuro no se ponga su nombre a calles, como ejemplo, de eso no estoy tan seguro. Desgraciadamente estoy muy viejo para hacer apuestas, pero lo haría y por la cantidad más alta, que en el año 2050 habrá un lugar dedicado a Ulrike Meinhof para recordarnos sus propuestas".