"¡Toma del frasco, puerca!", dijo el policía
que estaba aporreando
en el Estado Corporativo Austriaco
a la estudiante que escupía sangre y dientes
"¿Y sabes por qué?"
No porque seas una nazi.
Abre bien las orejas:
¡yo sí que soy un nazi!
Sino porque causas tantas dificultades
a la policía".
También a Rosa Luxemburgo
la llamaron "la puerca"
quienes estaban gritando
"¡Esta puerca tiene que nadar!"
Se referían al Canal de Landwehr.
Y tras el arresto
de Ulrike Meinhof aclaró
un portavoz de la policía a un periodista:
"Para los seres humanos somos humanos
Para una puerca somos puercos
¡y si hace falta incluso jabalíes!"
Y cuando en Bremen l aseñora Ernestine Zielke
con más de sesenta años de edad
que iba a su casa desde el Estadio Weser
se derrumbó bajo las porras
le dijeron "¡Ponte de pie, vieja puerca!"
Cuando se puso de pie volvieron a derribarla a golpes.
Eran las mismas porras
que en Notting Hill barrio de Londres
se abatieron sobre la chica negra
a los gritos de "Dirty black sow!"
No resulta difícil traducirlo.
Erich Fried
[LS 37]