2009/12/06

Kinderläden 2

Con el final del movimiento estudiantil aparece, entre otras, una corriente que se aparta de la vida política y social para vivir una alternativa de vida radical, todo esto sin seguir la "larga marcha a través de las instituciones" teorizada por los extraparlamentarios alemanes e imposibilitada con anterioridad por el Berufsverbot, sino desarrollando experimentos tipo la Kommune I, y después con la experiencia difusa de los Kinderläden, "escuelas infantiles antiautoritarias".
La marcha fuera de las instituciones.
Del clima político y cultural de la oposición extraparlamentaria y como consecuencia no de una vanguardia, sino más bien de una militancia social difusa nacen los Kinderläden. Esto en un marco más amplio de iniciativas ciudadanas (Bürgeninitiative) numerosas y variadas, que van desde las luchas ecologistas contra las nucleares a otras contra las "instituciones totales" (prisiones, estructuras psiquiátricas, ejército), representaron una continuación de la política fuera de las universidades en cuanto sujetos directamente interesados.

El impulso que toman los Kinderläden por ejemplo proviene del movimiento feminista, el cual consideró parte esencial de la liberación de la mujer la resolución del problema de la crianza de los hijos. De ahí que el "comité de acción por la liberación de la mujer" fundó el primer Kinderladen en Berlín occidental. Esto fue seguido rápidamente de muchos otros por toda Alemania, tanto es así que en 1974 en Berlín, junto a 300 escuelas oficiales existían otras 200 no oficiales. El modelo de educación antiautoritaria que se seguía era el de la experiencia de la psicoanalista revolucionaria Vera Schmidt, quien fundó en Moscú en 1921 un jardín de infancia antiautoritario, cuyo programa de instrucción eliminaba la moral burguesa, sustituyéndolo por la explicación sexual y la educación colectiva.

Muy pronto los Kinderläden, convertidos en un verdadero y auténtico movimiento, más allá de darse una estructura de coordinación tenían que decidir si tener o no subvenciones por parte del Estado. En la mayoría de los casos la respuesta fue negativa manteniendo así su propia autonomía, sobre todo, visto la legislación que se venía aprobando.

La experiencia se extendió con chavales de barrio, o en las fábricas.

Alemania ha sido el único país donde esta experiencia se ha logrado de manera más masiva, superando el carácter aislado que tuvo en el resto de países europedos.